El diario rumano “Cotidianul” ha realizado una encuesta en la que consigue una nota media de un 7, una calificación bastante alta para un presidente criticado desde todos los estamentos rumanos. Hay un asunto claro al respecto. Sus diatribas contra la corrupción
han provocado que los ciudadanos confíen en sus palabras, puesto que se sienten cansados de sus dirigentes. Falta poco para las elecciones generales y parece que nada se moverá. Solamente hay que esperar a que la calidad de vida mejore en un estado donde aún muchos habitantes viven bajo el umbral de la pobreza.
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