martes, 9 de octubre de 2007

Los huérfanos de la emigración

Rumania se conmocionó la semana pasada por el suicidio de un niño de 12 años, quien se ahorcó porque su madre una vez más iba a trabajar a Italia. El chico dejó una carta en la que escribió "que mamá no se preocupe, porque ya no tendrá que gastar dinero en mí".

Los "huérfanos de la emigración" es un fenómeno nuevo en este país de 22 millones de habitantes. Después de diez meses de haber entrado a la Unión Europea, uno de cada diez rumanos trabaja en el extranjero, sobre todo en Italia y España. Los niños sufren las consecuencias de esta emigración masiva. Tres mil niños ya están en orfelinatos o centros de acogida.

El fenómeno fue estudiado por primera vez por la sección rumana de la Fundación Soros. En base a una encuesta administrada a más de 2 mil niños, la organización estableció que los progenitores de 170 mil adolescentes trabajan en el extranjero. 35 mil niños de entre 10 y 14 años viven sin ambos progenitores, y 55 mil sin madre.

En tres regiones grandes del oeste del país (Banat, Kriszana y Maramuresi), casi el 30% de los alumnos tiene por lo menos a uno de los progenitores fuera del país; en Moldavia, la relación es uno de cada cuatro alumnos.

Gracias a los viajes para trabajar temporalmente, en algunas regiones de Rumania la desocupación bajó a menos del 1%, pero esto en absoluto alegra a los ciudadanos más jóvenes. Los hijos de los emigrantes, por lo general dejados a cargo de parientes, se sienten solos (36%), infelices (25%) y no queridos (20%). Estos niños frecuentemente también tienen problemas con la ley. La policía dice que el 16% de los menores detenidos son precisamente adolescentes cuyos padres están en el extranjero. Los resultados de la encuesta también señalan que los adolescentes criados por la abuela o una tía, fuman y beben más.

"Nuestros datos confirman que hay una relación entre la ausencia de ambos progenitores o sólo de la madre y la depresión infantil", explica Ovidiu Voicu, representante de la Fundación Soros en Rumania. La mayoría de los niños tiene contacto con los progenitores principalmente por teléfono. El 90% de los chicos se comunica de ese modo por lo menos una vez por semana. La Fundación Soros también consigna que esta clase de emigración influye positivamente en la situación material de los chicos.

Los especialistas subrayan que las autoridades educativas deben incrementar la ayuda psicológica en las escuelas, sobre todo en las rurales, ya que la mayoría de las personas emigran desde las aldeas.

La Oficina Nacional de Protección de los Derechos del Niño quiso abrir centros de día para los hijos de los emigrantes, en los que éstos podrían contar con la asistencia de maestros y pedagogos. De momento sólo se han planificado las licitaciones para la construcción de tales centros.

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