martes, 10 de julio de 2007

Asignaturas pendientes

“La adhesión a la Unión Europea corona el esfuerzo que viene realizando la nación rumana, desde la caída del comunismo en 1989”, afirmó el Presidente Traian Basescu días antes del ingreso de Rumania ante los parlamentarios en una de las salas mastodónticas de la Casa del Pueblo. En este mismo discurso, Basescu expresó su esperanza de que el país balcánico tiene que ser “la sorpresa agradable de Europa”. Sin embargo, el inminente ingreso de Rumania al grupo de los Veinticinco se produjo bajo unas severas condiciones que podrían activar las cláusulas de salvaguardas en asuntos concernientes a la justicia y a la seguridad alimentaria. Y por cómo va transcurriendo la situación política, la Unión Europea podría iniciar un proceso de “castigo” con sanciones al nuevo miembro.

En cuanto a la justicia, la Comisión Europea (CE) estableció un sistema de supervisión en el que obliga a las autoridades rumanas a presentar cada año un informe de los progresos registrados durante los próximos tres años. El Comisario Europeo para la Ampliación, Oli Rehn, satisfecho por los avances logrados por la ministra de Justicia, Monica Macovei, advirtió a Bucarest que si la Agencia Nacional de Integridad (ANI) –institución que controla los haberes públicos- no se adapta a las exigencias de la UE, la CE impondría la cláusula de salvaguarda. “En el caso de que la ANI no se ajuste a las normas europeas, se limitaría la cooperación de los jueces y los policías rumanos con sus colegas europeos”, declaró.

Transparency International (TI), por su parte, hizo hincapié en que hay que mejorar otros aspectos de la justicia. “Aún hay que garantizar la independencia de los jueces, eliminar las frecuentes modificaciones de las leyes y cubrir la falta de magistrados”, comentó Iulia Cospanaru, coordinadora de proyectos de TI. Asimismo, el presidente del Consejo de Magistrados, Iulian Gilca, consideró que la prensa, el Ejecutivo y el Legislativo son los tres principales factores externos que influyen en el sistema judicial.

Con respecto a la seguridad alimentaria, las medidas sanitarias anunciadas por la UE no preocuparon en un principio a las autoridades, debido a que los productores rumanos se dirigen hacia el mercado interno y no comunitario. Sin embargo, la amenaza de Rusia de interrumpir las importaciones de carne de la UE si los productos rumanos -amenazados de peste porcina y la enfermedad de la lengua azul- acceden al mercado comunitario provocó la exigencia de Bruselas de cerrar granjas que no respetan las normas comunitarias.

Otra asignatura pendiente, y de la que aún no se ha presentado una estrategia concreta para seguir avanzando tras la adhesión, se trata de las reformas estructurales que se tendrán que llevar a cabo en la agricultura. Rumania entró a formar parte de la UE con una agricultura de subsistencia y fragmentada.

Según el Instituto Nacional de Estadística, un 33% de la población activa sobrevive de la agricultura. El Director del Instituto de Estudios Europeos, Nicolae Idu, explica que “el Ministerio de Agricultura pretende conseguir una agricultura eficiente a través de la compra de pequeños terrenos y la venta de latifundios a productores que puedan gestionar esas tierras”. No obstante, advierte de que la gente tendrá que buscar nuevos empleos, lo que provocará un descontento entre la población.


El éxodo laboral hacia los países occidentales es otro desafío que Rumanía tendrá que afrontar. “En los próximos seis años, alrededor de 400.000 puestos de trabajo no podrán ser cubiertos, por lo que se recurrirá a la importación de mano de obra”, declaró el presidente de la Comisión Nacional de Pronóstico, Ion Ghizdeanu. Mientras tanto, el Gobierno ya ha puesto en marcha un plan para retornar a los que se han marchado. “El salario medio en 2005 es de 267 euros y se espera que se alcance los 439 en 2009, con lo que retendríamos a los trabajadores”, explicó Ghizdeanu. Valentin Ion, un trabajador rumano residente en España, expresó que las condiciones que ofrece España no se las concederá Rumania en mucho tiempo. “Allí, tengo un trabajo de verdad, dinero con el que me puedo comprar una casa y un coche; y hasta que mi país no me dé eso, no regresaré”, señaló.

Otro problema es el tema de las minorías étnicas y, concretamente, con la población magiar y romaní. El secretario de Estado de Relaciones Interétnicas y de origen húngaro, Attila Markó, explicó que “la comunidad magiar sólo pretende implicarse en las decisiones que a su pueblo concierne sin reivindicaciones de autonomía”. En cuanto a la etnia romaní, Markó indicó que “el problema radica en que su población reside en zonas aisladas e inmersas en la pobreza, donde apenas tienen acceso al agua, electricidad e infraestructuras, lo que dificulta su integración”.

Rumania tiene asignados 30 mil millones de euros de los fondos europeos durante el periodo 2007-13, de los cuales 16 mil millones se destinarán a infraestructuras, desarrollo rural y medio ambiente. Por su parte, el nuevo Comisario Europeo de multilingüismo, Leonard Orban, advirtió a Bucarest que una “estrategia post-adhesión debe aprobarse urgentemente si no se quiere perder las ventajas de la integración”. Orban acusó a los partidos de pensar más en sus intereses políticos que en los del país.

No hay comentarios: