A unos cientos de kilómetros al noreste de Rumania se halla el sempiterno conflicto congelado que mantiene Rusia en territorio moldavo, antigua región de Rumanía hasta mitad del siglo pasado. En el diario La Vanguardia se ha publicado un artículo de un especialista rumano, Valentin Popescu, que explica con claridad la situación en la que se vive en la región separatista. Por este motivo, para aquellos que deseen comprender mejor qué sucede en Transnistria, os invito a leerlo.
El reconocimiento por Moscú de Transnistria, la provincia oriental de la República de Moldavia, como nuevo Estado independiente parecía cuestión de días a raíz de la invasión rusa de Georgia. Pero ahora, con la política de apaciguamiento mutuo emprendida por Occidente y el Kremlin, el conflicto vuelve a la hibernación en que se halla desde hace un quinquenio.
El problema de Transnistria es uno de los muchos conflictos étnico-políticos creados por el régimen estalinista con sus traslados forzosos de población. Es un conflicto en cascada, ya que la actual República de Moldavia era una provincia rumana hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y de
bería haber seguido siéndolo después. Pero la política estalinista de crispación de los vecinos poco seguros fue continuada por Rusia tras el hundimiento de la URSS, logrando no sólo que Moldavia pasara de república soviética a Estado independiente, sino que aupó en el poder en Chisinau - la capital- a las fuerzas contrarias a la reunificación con Rumanía. La maniobra tuvo éxito, pero en Moldavia existe aún una fuerte corriente por la reunificación a causa de la evidente dependencia del país de la voluntad rusa. De forma que Moscú intensificó en los años noventa su presión sobre Chisinau, apoyando descaradamente las aspiraciones independentistas del territorio transnistriano, otorgado por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial a la - a la sazón- provincia rumana de Moldavia.
El independentismo transnistriano tiene razones: la mayoría de sus habitantes son rusohablantes que no se identifican con Moldavia. Además, la escasa industria de este país, que, junto a Albania, es el más pobre de Europa, se halla justamente allá. En 1991, en Georgia, el conflicto local desembocó en un choque armado resuelto a favor de los independentistas por la intervención del ejército ruso. Así y todo, las gestiones diplomáticas occidentales lograron en la cumbre de la OSCE de Estambul (1999) que Moscú prometiese su retirada militar de Transnistria. El tratado no se llegó a firmar. ...
El reconocimiento por Moscú de Transnistria, la provincia oriental de la República de Moldavia, como nuevo Estado independiente parecía cuestión de días a raíz de la invasión rusa de Georgia. Pero ahora, con la política de apaciguamiento mutuo emprendida por Occidente y el Kremlin, el conflicto vuelve a la hibernación en que se halla desde hace un quinquenio.
El problema de Transnistria es uno de los muchos conflictos étnico-políticos creados por el régimen estalinista con sus traslados forzosos de población. Es un conflicto en cascada, ya que la actual República de Moldavia era una provincia rumana hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y de
bería haber seguido siéndolo después. Pero la política estalinista de crispación de los vecinos poco seguros fue continuada por Rusia tras el hundimiento de la URSS, logrando no sólo que Moldavia pasara de república soviética a Estado independiente, sino que aupó en el poder en Chisinau - la capital- a las fuerzas contrarias a la reunificación con Rumanía. La maniobra tuvo éxito, pero en Moldavia existe aún una fuerte corriente por la reunificación a causa de la evidente dependencia del país de la voluntad rusa. De forma que Moscú intensificó en los años noventa su presión sobre Chisinau, apoyando descaradamente las aspiraciones independentistas del territorio transnistriano, otorgado por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial a la - a la sazón- provincia rumana de Moldavia. El independentismo transnistriano tiene razones: la mayoría de sus habitantes son rusohablantes que no se identifican con Moldavia. Además, la escasa industria de este país, que, junto a Albania, es el más pobre de Europa, se halla justamente allá. En 1991, en Georgia, el conflicto local desembocó en un choque armado resuelto a favor de los independentistas por la intervención del ejército ruso. Así y todo, las gestiones diplomáticas occidentales lograron en la cumbre de la OSCE de Estambul (1999) que Moscú prometiese su retirada militar de Transnistria. El tratado no se llegó a firmar. ...
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